Seguro que en más de una ocasión has oído hablar sobre la energía solar térmica y la energía solar fotovoltáica, pero ¿son la misma? A pesar de lo que en ocasiones pueda parecer, existen claras diferencias entre estos dos tipos de tecnología que generan energía gracias al sol. ¡Te lo contamos!

Diferencias entre energía solar térmica y fotovoltaica

La diferencia más básica entre estos dos tipos de energía es que la energía solar térmica aprovecha la luz del sol para producir calor. Sin embargo, la energía fotovoltaica utiliza la radiación solar que absorbe a través de diferentes tipos de placas solares para generar electricidad directamente. En ambos casos la energía producida puede ser utilizada para diferentes usos.

Otra de las grandes diferencias es que la energía fotovoltaica cuenta con una tecnología más compleja, a pesar de que es más reciente que la térmica. Al tener que utilizar paneles solares para su uso, necesita de semiconductores de silicio para generar electricidad cuando los fotones de luz solar entran en contacto. Además, es necesario uno o más inversores para conseguir corriente alterna.

Veamos, en mayor detalle, dónde radican estas diferencias entre la energía solar térmica y energía solar fotovoltaica:

Obtención de la energía solar

La energía solar se genera mediante las radiaciones del sol, ya sea en forma de luz, rayos ultravioletas o calor. De este modo, obtendremos un tipo de energía solar diferente dependiendo del tipo de tecnología a utilizar para su transformación.

Tanto la energía solar térmica como la fotovoltaica son un tipo de energía completamente limpia y renovable, ya que la fuente energética es el sol, un recurso ilimitado. De hecho, es precisamente esta particularidad la que ha hecho que la energía solar se convierta en una de las energías renovables más prometedoras del presente y del futuro. 

Instalación

La instalación también puede diferenciar ambos tipos de energía. De hecho, cuenta con bastante relevancia a la hora de decantarnos por una o por otra. Por lo general, la energía solar térmica necesita de equipos menos voluminosos y, por lo tanto, no es necesario contar con tanto espacio para su instalación. La energía fotovoltaica, al necesitar hacer uso de paneles solares, suele demandar mayor cantidad de espacio (aunque también depende de la potencia que se desee).

Almacenamiento de la energía

En el proceso de transformación y almacenamiento de energía existen también claras diferencias entre ambos tipos. Así, por ejemplo, la energía solar fotovoltaica necesita de las células solares de los paneles para generar energía. Gracias a estas células solares, la radiación recibida se puede transformar en energía. Para ser almacenada, es necesario utilizar baterías solares que permitan su almacenamiento durante el día para poder hacer uso de ella también en la noche o durante períodos donde la radiación solar sea inestable o insuficiente.

Del mismo modo, el almacenamiento de la energía térmica supone un gran avance. El uso de baterías nos permite almacenar el calor generado y hacer uso de ello también durante las horas en las que no hay sol, permitiendo optimizar costes energéticos y proporcionar calor directo sin necesidad de conversión. 

Usos y aplicaciones

La energía solar fotovoltaica presenta una gran versatilidad en cuanto a usos y aplicaciones. Mientras que la energía solar térmica queda limitada al calentamiento del agua y diferentes modos de climatización, la energía fotovoltaica ofrece otras muchas aplicaciones que van desde ser fuente de energía para electrodomésticos hasta utilizarse para la iluminación de edificios, bombeos de agua e incluso para el funcionamiento de vehículos eléctricos. 

Mantenimiento

Los equipos de energía solar térmica funcionan fácilmente y de manera bastante intuitiva. Sin embargo, al contar con bombas hidráulicas, necesitan de al menos una revisión minuciosa para evitar problemas y no disminuir la eficiencia de los equipos. Con un mantenimiento óptimo podemos evitar problemas de corrosión en el acumulador de agua o anomalías en el funcionamiento de los equipos de energía solar térmica (pérdidas de glicol, disminución de la temperatura…)

La limpieza de los paneles solares es uno de los puntos clave para conseguir un buen funcionamiento de los equipos fotovoltaicos. Tanto la limpieza como la sustitución de piezas rotas o elementos defectuosos hará que la producción fotovoltaica sea mucho mayor y mejor. 

En cuanto a las baterías y los inversores solares, los modelos que suelen utilizarse en la actualidad no necesitan de mantenimientos adicionales. Basta con cumplir las inspecciones periódicas correspondientes, controlar el buen estado del cableado y seguir pautas preventivas.