Los combustibles fósiles son una fuente de energía no renovable que se origina por la descomposición de diferentes tipos de materia orgánica. Por lo general, los combustibles fósiles son el petróleo, el carbón y el gas natural.
Un combustible fósil es aquel que procede de la biomasa, es decir, de la transformación que sufre la materia orgánica con el paso del tiempo por diferentes procesos de presión y de temperatura. Hoy en día, los principales grupos de combustibles fósiles son el carbón, el petróleo y el gas.
Por lo general, en la actualidad se pueden clasificar los combustibles fósiles en:
La transformación y quema de los combustibles fósiles para producir energía cuenta con un importante inconveniente: las emisiones de gases de efecto invernadero que ocasiona este proceso energético. Por ello, cada vez son más las personas, empresas y gobiernos que buscan alternativas energéticas con las que no dañar el medioambiente. No existe ningún método eficaz con el que poder reducir esos gases contaminantes originados por el proceso de transformación energética de los combustibles fósiles. Por ello, la mejor solución para acabar con estos gases contaminantes es optar por energías limpias, verdes y renovables como la solar.