Geotermia es el nombre con el que se conoce a un tipo de energía que se obtiene a través del calor que emana del interior de la Tierra. Los sistemas geotérmicos se originan por la interacción de diferentes procesos de agua subterránea y rocas.
Se trata de una fuente de energía renovable, ya que se obtiene de un recurso inagotable como es el calor generado de manera natural en el interior de la Tierra.
La geotermia es un recurso energético que solo puede ser aprovechado en determinados puntos donde las condiciones físicas adecuadas se manifiestan mediante volcanes, géiseres o fuentes termales. En la actualidad, la energía geotérmica sigue siendo un punto clave para la descarbonización energética, ya que puede cubrir una alta demanda de electricidad y climatización.
Para entender cómo funciona la energía geotérmica, es necesario comprender que la Tierra está formada por diferentes capas de estratos y que su núcleo es una masa incandescente formada por gases, minerales y rocas. Cuando el agua de la lluvia penetra en la corteza terrestre, el agua se filtra y se origina un reservorio geotérmico al entrar en contacto con las altas temperaturas del subsuelo.
Teniendo en cuenta este fenómeno natural, el proceso de generación de energía geotérmica consta de tres fases diferenciadas: perforación, extracción y producción.
La energía geotérmica es un tipo de energía renovable que ofrece una gran estabilidad, ya que no depende de las condiciones climáticas o de otras fuentes energéticas cambiantes como el sol o el viento.
Por lo tanto, si se quisiera, la energía geotérmica es una energía disponible 24/7, es decir, los 365 días del año. Además, al no necesitar la dependencia energética del exterior, se trata, por lo tanto, de un recurso completamente autóctono.
Otra de las grandes ventajas de la geotérmica es que su impacto visual es menor que el de otro tipo de energías, ya que la extensión que necesitan no es demasiado extensa. Por supuesto, se trata de una energía que no genera emisiones y que es compatible con otros usos.