Se conoce como distribuidora a la compañía encargada de vender un producto o servicio a modo de intermediario. Por lo tanto, en el sector energético, una distribuidora es la compañía que transporta la energía desde el productor hasta el consumidor.
La distribuidora es la empresa encargada de llevar la electricidad hasta el consumidor final, es decir, de garantizar el suministro eléctrico. La distribuidora, en consecuencia, se encarga de garantizar la calidad del suministro eléctrico, tender los cables e incluso instalar el contador en caso de que sea necesario.
Por lo tanto, las distribuidoras eléctricas son quienes crean, trabajan y gestionan las infraestructuras eléctricas y todos los componentes que las forman (cables, postes…). La correcta distribución energética desde el origen hasta los diferentes puntos de consumo también es función de la distribuidora eléctrica.
En lo relacionado con el suministro eléctrico, es necesario conocer bien la función que una distribuidora desempeña dentro del sector, ya que frecuentemente es confundida con lo que realizan las comercializadoras.
A grandes rasgos, la principal diferencia entre una comercializadora y una distribuida está en las funciones que realizan cada una de ellas. Mientras que el cliente contrata su tarifa energética con la comercializadora que elija, la distribuidora no puede ser elegida, ya que dependerá de la zona donde se realice ese consumo energético.
La distribuidora, además, es la compañía responsable de todo lo que esté relacionado con el transporte y el mantenimiento de la energía. Por ello, en caso de avería en la red eléctrica general, debe ser la distribuidora la que se encargue de su arreglo. La distribuidora, por lo tanto, es la que proporciona el suministro energético a cada lugar, independientemente de la comercializadora elegida por cada usuario.
Además de distribuir la electricidad desde el origen hasta los consumidores finales, la distribuidora eléctrica debe garantizar el correcto funcionamiento de varios puntos del sistema eléctrico:
