La energía térmica es una forma de energía que se genera en un sistema debido al movimiento de sus moléculas y átomos y se transfiere de un objeto a otro en función de la diferencia de temperatura que hay entre ellos.
¿Alguna vez has sentido el calor que emana de un objeto tras haber estado en uso durante un tiempo? Esa es la energía térmica en acción. Descubre cómo funciona esta forma de energía y cómo puede ser utilizada para mejorar nuestra vida cotidiana.
La energía térmica es una forma de energía relacionada con la temperatura de un sistema. Es la energía interna de los objetos que está asociada al movimiento de sus moléculas y átomos. Cuanta mayor velocidad de movimiento tengan las citadas partículas, mayor será la temperatura del objeto y, por tanto, mayor será también su energía térmica.
Una de las principales características de este tipo de energía es que se puede transferir entre diferentes objetos y sistemas a través de procesos de conducción, convección y radiación.
Cuanto mayor sea la temperatura de un objeto o sustancia, mayor será su energía térmica. La energía térmica puede transferirse de un objeto a otro mediante conducción, convección o radiación, lo que permite que pueda utilizarse para realizar trabajo o generar electricidad.
La energía térmica es una forma importante de energía en la vida cotidiana y en la industria, ya que puede aplicarse a distintas funciones en función de las necesidades:
Hay distintas maneras de generar energía térmica de forma totalmente limpia y aprovechando al máximo todos los recursos:
La energía térmica puede transformarse en otras formas de energía útil mediante procesos de conversión de energía.
Además, la energía térmica también se puede utilizar en procesos industriales con el objetivo de calentar o fundir materiales como los metales o los plásticos.
La energía térmica de un objeto o sustancia se mide mediante la temperatura que alcanza el mismo. Dicha temperatura puede medirse con un termómetro, que puede ser de mercurio, de alcohol, infrarrojo o de cualquier otro tipo.
La escala más común para medir la temperatura es la escala Celsius o centígrada, aunque también se pueden utilizar otras escalas como la Fahrenheit o la Kelvin, por lo que es posible que haya que pasar de una a otra al obtener las mediciones.
Además, la cantidad de energía térmica también se puede medir en otras unidades como el vatio, el julio o la caloría.